Sabana Grande, ciudad petatera
Entre las ondas que juguetean
del Mar Caribe cerca del fin;
brotó una Islita bella y fecunda
exuberante como un jardín.
Aquí en Río Grande de mis amores
sus bellas damas son todo amor,
y son sus niños tiernos capullos
que dan al libro su corazón.
En esa Islita que Puerto Rico
al descubrirla llamó Colón;
existe un pueblo siempre florido
cual es nido de mi ilusión.
En las alturas la suave brisa
llena los aires de grato olor;
y en la sabana la dulce caña
crece y se esparce con gran primor.
Llaman Río Grande al pueblecito
de una belleza pura y sin par;
y suaves trinos en sus follajes
a voz pregonan su bienestar.
Si la desgracia fatal me hiciera
irme muy lejos alguna vez,
desde otros lares a todas horas,
siempre a Río Grande recordaré.