By Amilcar Rivera Díaz Valle bendito el de mi Otoao, mundo de verde, de azul y sol, tierra del pitirre y del guaraguao, cáliz y altar de mi amor. Es de mi patria su corazón. Es fiel guardián de su tradición. Es el perenne y firme bastión del alma de mi país. Utuado, amado Utuado, ¿Como no has de estar en mí si creció mi alma en tus campos y mis sueños acunó el Viví? Si algún día de ti me alejo o si calla al fin mi voz dejo como eterna ofrenda a ti hecho canción mi amor.