By Carmelo Alvira Guerra Junto a las costas del mar Atlántico cerca del Yunque, en un rincón, entre palmeras, muy arrogante, se fue formado una población. Llaman Luquillo de mis amores al pueblecito que así creció; chozas de pajas de pescadores con el progreso se transformó. Sus bellas playas y sus mujeres, su fe cristiana y su tradición; Ilenan el alma, nos traen placeres recuerdos gratos del corazón. Lindos paisajes, campos floridos, nítido el cielo a la luz del sol forman del pueblo sus coloridos, y el alma Ilenan con su arrebol. Cuando más lejos nos encontramos, en la alegría o en el dolor; Luquillo mío siempre te amamos y te queremos con gran amor.